Cada anochecer se oyen los susurros de mis muertos
los que siento que estan a mis adentros
que será la perdición de la vida real
que será lo que me llaman sin cesar
la realidad de mi inmortalidad
el cobro sarcástico de mi alma y su antigüedad.
Cuanto tiempo perduré por los caminos
vagados y no sentidos entre los divinos
mis ojos se sacian de ver
mis oidos se sacian de escuchar
los susurros de mi sed
cada vez que te muerdo sin cesar.
Absorber los hematies de la saciedad
rutas inalámbricas de tu espina dorsal
bebo, bebo y no dejo de succionar
tu cuello, tus muñecas son mi mejor manjar.
No esperes a volver a nacer...
la esperada inmortalidad te lo concederé
déjate, déjame...
y juntos veremos...sentiremos todo el anochecer
de los siglos de los siglos
sin que nuestras almas...puedan perecer...
Dejemos que la luz...embriaguen otras almas
que ni a la tuya ni a la mia empañan
porque somos uno para el otro
y la sangre la bebida alcohólica del destino
nuestro destino juntos...
nuestro caminar eterno...
fundemos en nuestros abrazos profundos
es de dia y cuando la noche llegue
saldremos como enamorados moribundos,
insaciables y para comernos el mundo.
En los astros de nuestros ataúdes
reinaremos con ardiente amor sin espinas
donde nadie nos perturbe
una diferente calidad....de vida.
los que siento que estan a mis adentros
que será la perdición de la vida real
que será lo que me llaman sin cesar
la realidad de mi inmortalidad
el cobro sarcástico de mi alma y su antigüedad.
Cuanto tiempo perduré por los caminos
vagados y no sentidos entre los divinos
mis ojos se sacian de ver
mis oidos se sacian de escuchar
los susurros de mi sed
cada vez que te muerdo sin cesar.
Absorber los hematies de la saciedad
rutas inalámbricas de tu espina dorsal
bebo, bebo y no dejo de succionar
tu cuello, tus muñecas son mi mejor manjar.
No esperes a volver a nacer...
la esperada inmortalidad te lo concederé
déjate, déjame...
y juntos veremos...sentiremos todo el anochecer
de los siglos de los siglos
sin que nuestras almas...puedan perecer...
Dejemos que la luz...embriaguen otras almas
que ni a la tuya ni a la mia empañan
porque somos uno para el otro
y la sangre la bebida alcohólica del destino
nuestro destino juntos...
nuestro caminar eterno...
fundemos en nuestros abrazos profundos
es de dia y cuando la noche llegue
saldremos como enamorados moribundos,
insaciables y para comernos el mundo.
En los astros de nuestros ataúdes
reinaremos con ardiente amor sin espinas
donde nadie nos perturbe
una diferente calidad....de vida.
