martes, 17 de noviembre de 2009

Atmósfera del Mundo Eterno


En las noches oscuras y frias, busco tu calor sentido,

ensueño como me alzas tus manos conmigo,

dulce ebullición de mi ser tan contigo poseído

con deseo de que me succiones con tus marfiles colmillos

al marmolizado y privilegiado alimento, mi cuello tan tuyo.

Y siento que dentro de mi ser soy dos,

mis evanecesntes ojos cambian, por ti, tan constante de color

como un gato desesperado de sentirte el aroma de tu pasión

en tu ventanal rincón de tu, tan mía, habitación.

Los estigmas de mi cuerpo me andan desangrando

de llenanza tan absoluta de toda tú, delirio sentir,

la marca de la inmensidad de un único subsistir

contigo en mi y conmigo en ti, umbilical vivir

compartiendo el bombeo de mi sangre

recorriendo las venas enrevesadas en cada surco de ti.

Tu alma procede de una marabunta de ciudad bañada en aliento mar

y reinabas emanando la melodía melancólica de la soledad,

susurraste bajo un secreto una canción en mis diapasones oídos

teletransportándome hacia tus brazos alados de mis delirios.

Anduve loco, ido por sentir tu calor transformado en la calma

y emití susurros guturales de exaltación bajo la luna del anochecer

velando cada sueño tuyo, tan mío, al lado de tu cama

con una resaca de pura esencia impregnada en tu almohada.

Dejé detrás, tras tu invocación deseada, la mala suerte estancada,

al descubrirnos bajo la percepción un mutuo deseo abrumador

sobre la intersección de nuestras sendas atravesadas e invocadas

y desde hace más de un año, mis rezos transformaron en luceros

bañado de tu luz reflejado en un umbilical latir en mi ente entero.

Desde que estás en mí ya no viajo hacia ninguna parte,

eres mi otra parte, la realidad de mi ensoñar profundo,

entre rezos susurrantes a la providencia bajo la petición de encontrarte,

confiada y paciente espera que tuvo final disipando mi niebla al instante.

Evolución de mi secreto se transformó con los surcos de tu viva imagen

sintiendo al unísono los latidos que mis sentimientos como elevan y sumergen

el aroma inconmensurable de la percepción bañada de sentida pasión

agarrándote fuerte hacia mi inmortal ser, cobijándote emanando sinrazón,

haciendo alzar mis alas que tenía tan pegadas, en vidas pasadas, en mi espalda,

guiándote hacia nuestro 7º cielo de tan infinita aura de pleno sentimiento,

acompañados, los dos tan hiedrados entre nuestros 2 en 1 enteros

por aquel elemento llamado viento abriéndonos las puertas de nostro único reino…

Y sumergimos con mi alma en ti, la tuya en mi tan dulce atmósfera del mundo eterno.

Desde lo más alto del cielo


Desde lo más alto del cielo de nuestro reino,

en ti pienso sentado, anhelándote por tu física ausencia,

sin imaginarme cómo estos días diarios no estoy junto a ti,

todo lo que necesito está en mi surgiendo dentro de ti,

oigo el gemido de tus caricias añorando cada surco de mi piel

que difícil es ver transcurrir el tiempo y sus horas

sin tus tatuados besos que mi profundere ser añora.

Umbilical es el cobijar de puro sentir que anhelo

mi corazón es junto al tuyo la esencia de un único latir

tan inquisitorial es que no estás junto a mi

aquí en cada recóndito rincón de mi sonora ciudad

bajo la atmósfera respirable en la burbuja de nuestro único vivir.

Y mientras la calle se moja de lloros con tormentas

entonces me sumerjo, abrumando del deseo incontrolado a ti

donde cada noche sueño divisando tus pies en mi estación

y mis lágrimas estigmadas se mezclan con nuestro incandescente ardor

umbilical pasión del sentir absoluto de nuestra sinrazón.

Nunca sentí igual una elevación intensa

alzando mis alas empapado de esencia hermosa

la providencia juega con la tortura y la ilusión

deseoso de un cobijar diario, hiedrado junto ti me ensueña.

Ahora tengo noches donde soñé con dulce despertar

de mi sueño mortuorio junto a ti

divisando tus iridiscentes ojos ensoñando

abrazándote, susurrándote con mi sentir por ti reinando

pero despierto con el vaho de la soledad celosa

por despertarme empapado de tu sentir amando.

Oh realidad ensoñada

que inmortalizaste mi alma entre caminos de charcos y barro

bajo la luz que emanas a mi corazón tan tuyo,

eres mi vida, aliento de mi sinrazón,

cáliz de mi sangre con calidez de único sabor,

rezos de mi Verbo aflorando mis espinas la dulce bendición

de mi despertar mortuorio cada noche de ensoñación pasión

reconquistándome cada profundo sueño, hasta altas cotas de elevación.

Y el Primigenio del tiempo sigue su juego

siguiéndome temeroso en las calles donde paseas conmigo,

aceras tatuadas por tu sombra y huellas que me guían al infinito

divisando como avanzamos ambos hacia un único sentido.

No imagino como estos días diarios no estoy junto a ti,

mi corazón es junto al tuyo la esencia de un único latir

bajo la atmósfera respirable en la burbuja de nuestro único vivir,

y desde lo más alto del cielo de nuestro reino, sentado en ti pienso:

Eres mi vida, mi aliento, mi cáliz, los rezos de mi Verbo…la dulce bendición.