viernes, 23 de abril de 2010

Crepúsculo del momento



Cada instante te ensueño como mis brazos desean rodearte

como si fueran ramales deseosos de quemarse

con tu fuego incandescente de llama encendida constante.

Como presiento el calor sublime que en mi ser se expande

tanta llenanza entre mis sentimientos deliriosos y gratificantes

deseoso de sueño mortuorios para divisar todos tus surcos al ensoñarte.

Y despertarme bajo el flujo del alba con el astro sol susurrándome:

Queda poco, el tiempo transcurre su curso y llegará el momento de hiedrarte,

inúndate de su lucero centellante y mírate hacia dentro su latir constante.

Atrás quedaron los días donde llorar las nubes escuchaba

empapaban mi catedral con las lágrimas tan símiles al deseo de ti que me empujaban,

y todo mi ser, entre aceras y cristales, las gotas, como bendita agua, me abrasaban,

recorriendo cada surco de mi cuerpo, tatuando el sentir de, ya, hiedrarme a tu alma.

Sentí la fuerza inconmensurable del ardor deseo por ti

sublime es tu alma, abarcando el todo de mí,

como éste calor va abrasando al segundero

transformando el paso de sus segundos en secas ramas.

Inquisitorial es desear nostra mutua invocación a través del transcurrir del tiempo

haciéndome desangrar como un caminar descalzo en la senda del segundero paso,

levito de ganas de descender de mi cielo para cobijarte inmenso entre mis alas,

acariciarte con mis manos cada surco tuyo de mármol blanco

hiedrar mis huesudas manos entre tu carbornizado pelo y enredarlo

de sensaciones elevadas que me hacen sentirme tan inmortal como inmaculado.

No deseo que surga el despertar del sueño mortuorio para seguir ensoñandote

sólo abrirlos en el crepúsculo del momento con mis iriscentes ojos divisarte,

en el crepúsculo del momento para que mis alas te alcen hacia nuestro levitar constante,

en el crepúsculo del momento donde nostro umbilical latir es unísono al coro melódico de los Arcángeles,

en el crepúsculo del momento que arrodillará en la pausa congelada al Primigenio del tiempo y sus pasos elementales.

En el crepúsculo del momento donde caerán rendidos nuestros cuerpos

entre el vaho impregnado del deseo que mece entre nuestro sentir eterno,

bañándonos de besos sofocantes, músculos tensos de latidos constantes,

sabor absoluto impregnado en nuestros paladares,

transformando el anhelo de nuestros jadeos entre nuestras respiraciones expirantes,

como aire de exaltación al unísono de nuestras palpitaciones umbilicales

e inciensas fragancias de único sentir en nostros momentos primordiales.

¡Oh si será el crepúsculo del momento disipará la niebla de la deseada espera,

mostrando nuestra esencia entre la fragancia de nostra realidad verdadera!.

El crepúsculo del momento, de nuestro momento,

es el umbilical deseo de intensidad adviento

que susurra en la atmósfera de nuestro cielo...

el eco de nostro puro y absoluto sentimiento.

martes, 20 de abril de 2010

Queriendo El Todo Eterno



Con los ojos centellantes y entreabiertos por la luz incesante

como en todos tus amaneceres bajo mi despertar queriendo.

Queriendo que mis palabras salgan de mi garganta

que traduzcan las voces que grita mi corazón.

Al unísono de cada latido marca las pautas de la sinrazón

siento elevarme el alma con sublime levitación.

La marabunta reza entre sus oscuros presagios una tierra donde vivir,

yo queriendo, rezo, la sublime e única forma de sentir vivir.

Queriendo es la realidad que tatúan mis huellas entre mi camino

donde me dirijo hacia tus brazos que dan forma al respirar de mi delirio.

Queriendo plasmar en realidad constante como te cobijo en mis sueños

tan mortuorios de sentimientos constantes hacen de mi tu ser eterno.

Queriendo alzo mis alas con la máxima extensión de mis tendones

deseoso de cobijarte y reconquistarte en todos tus deliciosos rincones.

El Primigenio del Tiempo conoce que llegará el fin de sus sonetos

y su melodía embriagará alimentando al recuerdo de sus bocetos.

Queriendo como mi profundere alma te enloquece a ti

bajo la intensidad que en cada segundo se rebosa lleno de sentir.

Como sangro de llenanza absoluta debido al estigma de la locura

tan bendita y ensoñada, como real y glorificada.

Queriendo el compartir de mis segundos a pasos lentos,

succionarte tus licores y saborearte tan constante desenfreno.

Hace ya un tiempo que enterraste mi mísera soledad mundana

al divisarte palpitó mi corazón, y se despertó del inframundo de noches largas.

Contigo en mi, se confirmó la realidad de mis rezos ensoñados,

olvidando que mis peticiones oratorias siempre eran resultados amargos.

Queriendo eres mi Arcángel Apóstol de mis sentimientos renovados

que giras siendo mi astro más resguardado de mi corazón amado.

¡Oh! que dulce atmósfera respiran mis pulmones de todo tu aliento,

eres la luz constante de los cirios de mis profundos adentros

con tu fragancia impregnada en toda la catedral de mi cuerpo.

Queriendo para siempre hiedrarte mi corazón en tus manos

inundándote de mi sangre bombeada en cada rincón tan tuyo

bañando a tu alma y se sumerge en mi ardiente fidelidad.

Queriendo al unísono beber de tu cáliz intimo y emotivo,

el licor de tus adentros de sentirme tan elevado, tan vivo.

¡Oh!, sublime es el sabor constante que impregna mi paladar

tan único como el bautismo que nació estremeciendo mi ser,

resurgiendo el auténtico sentir al divisarte tan cerca de mi.

Queriendo cada instante con ganas de susurrarte,

enlazando palabras abrazadas a nostras voces diurnas y nocturnas,

en el instante donde, cada vez más cerca, siento ensoñarte

divisando nuestros momentos de realidades y cálidos sueños

descubriéndonos nuestros encantamientos con la fuerza de lo eterno.

Deseo queriendo, amo queriendo, siento queriendo,

descubro queriendo, rezo queriendo, sumerjo queriendo,

revivo inmortalmente queriendo, tan constante queriendo, amando queriendo

Queriendo, a ti, EL TODO ETERNO.

lunes, 19 de abril de 2010

En el suspiro donde muere el dia



En el suspiro donde muere el día

palpita mi corazón con la ansiedad de tu cercanía

entrecierro mis iriscentes ojos y, con mi umbilical corazón,

siento tus huesudas manos hiedrándose entre las mías.

Noto como mi sangre fluye tan hirviente entre tus latidos

al unísono de mi respiración bajo el sabor de tu aliento que expiro

te diviso dentro de mí, tal como me miro en el espejo

cada surco de tu faz centellante es mi inmortal reflejo.

Me inundas de balsa tranquilidad tu centellante mirada

tus infinitos brazos a mi ser cobijas

inundándome de tu calor en vaho transformado

empapando de súbito deseo el plumaje de mis alas.

La constancia de sentirte no hace tu ausencia ser grito del lamento,

sino bien al contrario, la fuerza de amarte desde mis profundos adentros.

Que sublime es el tatuaje de este, tan diario y nocturno, momento

antes de ensoñarte en mis sueños mortuorios y eternos,

reconquistan las sensaciones serpenteando en cada surco de mi cuerpo

el cosquilleo sublime que flagelan desde mi espina dorsal

entrecerrando mis ojos por el dolor que se transforma en elevación colosal,

sintiéndote inconmensurablemente en todo mi interior,

donde la llama nunca se extingue y la avivas cada noche con ardor.

Y sigo divisándote dentro de mí, como mi mirada en el espejo

lleno de armonía y fuerza como inmortal reflejo.

Bien sabes que eres la luz que me resucitaste de la muerte

bajo la inmortalidad ensoñada que me regalas constante en mi vida.

En el suspiro donde muere el día

es el colosal momento del absoluto levitar,

oyéndote con susurrantes frases tan, en mi, vivas y sentidas,

inundando nuestra atmósfera de locura invadida,

rozada por el murmullo de nuestro fluir absoluto

donde tan umbilical sentimos el amor infinito.

El pergamino del Primigenio del Tiempo


Ahora amanecen días bajo un manto blanco

y el primigenio del tiempo lo tatúa cada paso con trazos negros

así siento, tras mis mortuorios sueños eternos,

el deseo imperturbable de marcar mis pasos al origen de mi aliento.

Oigo las lejanas campanas de nuevo, el resonar inconfundible de lo eterno,

van al unísono de mi latir, como umbilical deseoso momento.

Y me sumerjo entre mis propios silencios

que para la marabunta lo entiende como un eco sublime y callado

pero no estoy mudo, solo tatúo con aspas bajo la avidez de mis deseos,

el transcurso de cada día en el pergamino del Primigenio

en que llegue el inmortal momento de divisarte de nuevo

tan real como en mis profundos ensueños.

Rezo bajo la constancia de mi latir bombeando mi cuerpo

sintiendo la atracción cada vez más fuerte

de enlazarme entre tus sangrantes labios levitando mis sentimientos.

Ansío sumergirme tan hiedrado entre tus brazos infinitos

sentir tu llanto como melodía de expresión sentida

tatuarte entre mis manos la marca de mi pasión, por ti, bendecida,

divisar tus marfiles sonrisas entre susurros y risas,

beberte entera entre calores y vahos con el único sabor absoluto,

que nuestros pasionales deseos se funden bajo el dos en uno.

Ahora amanecen días bajo un manto blanco

y el primigenio del tiempo lo tatúa cada paso con trazos negros

recordándome como se diluyen los segundos etéreos

para alzar mis alas y volar inmensamente al origen de mi aliento.

Se quejarán los vientos porque no podrán acariciar tus cabonizados cabellos,

huirán las marismeñas olas por no recorrerte cada surco de tu, tan mío, cuerpo,

se eclipsará la Luna por sentirse sumergida en sus propios celos

y el fuego será fauto enredado por la calidez de nuestros sentidos labios.

Que intenso te siento en mi alma..Tan símil a como me sientes a mí,

dulce y colosal locura hacen estremecer a nuestras almas,

a medida de que el pergamino del primigenio

va enterrando sus días llenos de tatuadas aspas…

Y que sigan amaneciendo.. que sigan bajo un manto blanco,

se aproxima el crepúsculo de saborear nostro puro aliento.