miércoles, 14 de enero de 2009

La llave de mi ensangrentado corazón


Amaneció resurgiendo sin desliz el alba

Invadiendome su luz como una dia mas de esperanza

Lleno de resurgido elixir, fiebre de sabor a victoria,

Como ensoñaciones de reyes siempre alcanzaban la gloria.

Las emanaciones del absoluto sabor

Son umbilicales sobre la niebla oscura

Soplos imparables, murmullos de incienso eterno

Majestuosa elevación del umbilical y sublime deseo.

Nadie jamas osará profanar el altar de mi cripta

Donde diviso tus ojos mientras los mios te miran

Bajo la iridiscente mirada afrontas la calidez de mi fuego

De la llama incadescente nunca trazaras penumbra de un Perseo.

Alzo mis alas dejandome llevar del aire de privilegio

Raseando como tu sangre acaricia mi rostro

Recorriendome surcos tatuados de dulce y arañazos cristalinos

Esencia roja, sublime y colosal alimentas mi sentir renacido.

El implacable sabor absoluto en estado puro

Estigmas de sentir con la clarividencia plena

Recompensa umbilical que marca nuestros sentidos

Se estremecen hiedrados ante oportunidad del destino.

En cada noche como gárgola me sumergo entre tu voz

Envolviéndome el vaho de la atmósfera de la sinrazón

Puro aire del eco de una locura abrasando mi eclipsado sol

Resplandeciente es el brillo que me tatúa tu inmaculada emoción.

En mi existencia, entre barros y lluvias, luché por creer

La confirmación eterna de mi ansiada elevación

Infinitas veces en lo alto de mi torre te suspiró mi ser

Para darle a tu alma la llave de mi ensangrentado corazón.