miércoles, 19 de mayo de 2010

¡Contigo quiero estar ya!


Siento fuertemente tu presencia, tan atrayente de dulce esencia,

ando deseoso que vaya transcurriendo los segundos

para inundarme de ti en todos los sentidos tan únicos y profundos,

cuanta fuerza tan abrumadora me inunda de ganas de estar junto a ti,

hasta el espejo marca los surcos de la claridad de mi vivir.

Todas las noches mortuorias te ensueño con el latir

de tu pecho entre telas negras,

divisando ante mis iriscentes ojos el palpitar del sublime deseo por tus venas,

transluces mi centellez de cobijarte hondamente entre nuestros umbilicales y sangrantes besos,

de bañarnos entre rías y marismas el vaho impregnado del ardiente encuentro,

elevarnos hacia nuestro tan expandido como infinito cielo

dejándome llevar para que succiones mi, tan tuyo, cuello.

¡Oh, mi vida!, mi ilusión de cada despertar del día

y del sueño mortuorio de la noche,

cuanto privilegio es respirar constantemente de tu aliento

que cada vez, inmerso en mis propios pensamientos,

me levito tan elevado, lentamente mas fuerte

el deseo de cobijarme cada segundo entre toda tú presente.

Y ansío que cada alba pase ardiendo del calor de mis sentidos

tan llenos de gozo y se alteran escapándose de mi control,

no ceso de ti pensar, siempre estas presente en cualquier lugar,

en mis sueños, en mi aliento primordial

contigo quiero estar ya,

que se rindan mis silencios para oírte susurrar.

A la providencia pido que transcurra el tiempo a velocidad terminal

quiero ver al amo del reloj de arena disiparse sin cesar,

como me puede la sensación inmortal del verdadero amar

y mañana por fin, en cuerpo presente te podré divisar.

Ay, mi sentido de la vista, con mis iriscentes ojos

al unísono de mi paladar, saboreará tu dulce sonrisa,

mis largos dedos se enredarán como una hiedra por tu pelo

tan carbonizado como la noche oscura que absorbe a la luna y su lucero.

Ay, como presiento que mis sentimientos tan inmensos

resucitarán de los estados mortuorios tan llenos de deseo,

tan llenos de tatuarte entre mis alas, mis brazos, mi cuerpo...

sentirte tan hiedrada y unificada en mi pecho.

Sublimes momentos que tan profundamente ansío,

recorrerán lagrimales como gotas de un dulce y salado rocío,

divisaré nuestras sombras como prolongación de sublimes sentidos

al bañarse de destellos deslumbrantes nuestros cuerpos poseídos.

Entre mi silencio haciendo burbuja ante el ronroneo de la marabunta,

te divisaré mi vida, tan sublime y centellante invocación

rebosando bajo lo estigmas de absoluto sabor,

el sentimiento inmenso de éste aliento que por ti vivo eterno.

He pactado con el Primigenio del Tiempo

para que no juegue con nuestros preciados momentos,

se traducirán en pasionales segundos de sabor eterno…

inundémonos de la ardiente pasión que levitan nuestro sentir extremo.

Tan fuerte siento tu presencia, tan atrayente de dulce esencia,

quiero trasladarme ya bajo el karma levitado de la locura realidad,

verte como ven mis ojos a ti de tan centellante belleza

y como si entre mis sueños mas profundos fueran,

que tus manos me revelen despertándome de esta inquisitorial espera.

¡Oh, por los rincones más elevados del cielo,

por los calores mas insoportables de puro infierno!,

inúndame de ti, con tus labios clavándome tus marfiles

y sáciate hasta vaciarme cada gota levitando mi entero cuerpo.

Notas recíprocamente que está inquieta la llama que nunca extingue,

es el deseo de toda tú, del todo mío

sobre la atmósfera del momento donde, sin decir palabras,

hiedradas se elevarán fundiéndose nuestras efímeras almas.

Si es que me puede la sensación inmortal del verdadero amar

y mañana por fin, en cuerpo presente te podré divisar,

el deseo tan sublime y de centellante invocación

grito sometido a los estigmas de absoluto sabor:

¡Contigo quiero estar ya!

¡Contigo quiero estar ya!