
Entre el silencio he oido tu voz
Y te ensueño entre mis ojos ocultos
El murmullo que me acaricia el cabello
El sonido del eco provinente palpitando tu corazon.
Se me erizan mis vellos al sentirte tan pleno
Las caricias tatuadas de tu cercana presencia
No huyen mis miradas envueldas de esencia
Donde levitadas elevan mis estivadas alas.
Fuego eterno en mi profundere ser siento
Reguardamente tus astros como dias de invierno
El cobijo de mis internas entrañas dan mimo
Donde tus besos umbilicales me elevan del abismo.
Los huesos de mis manos se hiedran en ti
Permanencia perpetua sincera y eterna
Florecen las rosas negras del jardin sin fin
Es constante nuestro aroma que nuestra niebla rodea.
La inmortalidad presiente los latidos de nostros corazones
Invocación presencial de realidades ensoñaciones
Bajo el flujo de la luna que inunda las emanaciones
En ti, en mi, entre halos umbilicales propios.
La raiz de nuestra fertilizada tierra
Deja que las estaciones transcurran trivialmente
La riqueza brota en latidos de semillados sentimientos
Nuestra unica y sola presencia del alma vence a la muerte.
Absolutamente es el infinito multicolor del cielo
Parte que para nuestras almas le corresponde
Juganda elevadas ante otras presencias esconden
El Todo es tan primordial para nuestro expirar.
Guiños evanescentes entre calores ardientes cobijados
Distancia nula cuando se siente el aliento pleno
Latidos mutuos de un unico rojo palpitante corazon
Que delicioso sentir umbilical, locura de la sinrazón.