
En las noches oscuras y frias, busco tu calor sentido,
ensueño como me alzas tus manos conmigo,
dulce ebullición de mi ser tan contigo poseído
con deseo de que me succiones con tus marfiles colmillos
al marmolizado y privilegiado alimento, mi cuello tan tuyo.
Y siento que dentro de mi ser soy dos,
mis evanecesntes ojos cambian, por ti, tan constante de color
como un gato desesperado de sentirte el aroma de tu pasión
en tu ventanal rincón de tu, tan mía, habitación.
Los estigmas de mi cuerpo me andan desangrando
de llenanza tan absoluta de toda tú, delirio sentir,
la marca de la inmensidad de un único subsistir
contigo en mi y conmigo en ti, umbilical vivir
compartiendo el bombeo de mi sangre
recorriendo las venas enrevesadas en cada surco de ti.
Tu alma procede de una marabunta de ciudad bañada en aliento mar
y reinabas emanando la melodía melancólica de la soledad,
susurraste bajo un secreto una canción en mis diapasones oídos
teletransportándome hacia tus brazos alados de mis delirios.
Anduve loco, ido por sentir tu calor transformado en la calma
y emití susurros guturales de exaltación bajo la luna del anochecer
velando cada sueño tuyo, tan mío, al lado de tu cama
con una resaca de pura esencia impregnada en tu almohada.
Dejé detrás, tras tu invocación deseada, la mala suerte estancada,
al descubrirnos bajo la percepción un mutuo deseo abrumador
sobre la intersección de nuestras sendas atravesadas e invocadas
y desde hace más de un año, mis rezos transformaron en luceros
bañado de tu luz reflejado en un umbilical latir en mi ente entero.
Desde que estás en mí ya no viajo hacia ninguna parte,
eres mi otra parte, la realidad de mi ensoñar profundo,
entre rezos susurrantes a la providencia bajo la petición de encontrarte,
confiada y paciente espera que tuvo final disipando mi niebla al instante.
Evolución de mi secreto se transformó con los surcos de tu viva imagen
sintiendo al unísono los latidos que mis sentimientos como elevan y sumergen
el aroma inconmensurable de la percepción bañada de sentida pasión
agarrándote fuerte hacia mi inmortal ser, cobijándote emanando sinrazón,
haciendo alzar mis alas que tenía tan pegadas, en vidas pasadas, en mi espalda,
guiándote hacia nuestro 7º cielo de tan infinita aura de pleno sentimiento,
acompañados, los dos tan hiedrados entre nuestros 2 en 1 enteros
por aquel elemento llamado viento abriéndonos las puertas de nostro único reino…
Y sumergimos con mi alma en ti, la tuya en mi tan dulce atmósfera del mundo eterno.